La Vida en el Más Allá

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El destino ultraterreno del hombre

Mesopotamia no imaginó una resurrección general. En la tierra es donde las deidades gobiernan a los seres humanos; no pueden conocer la inmortalidad, patrimonio exclusivo de los dioses. Gilgamesh marcha en busca de la planta de la inmortalidad, y la encuentra pero no consigue retenerla.
La atención al muerto es entonces más conmovedora. Nada le faltará para su viaje al siniestro ámbito ultraterreno. Enterrar a los muertos y rendirles culto era un deber inexcusable bajo pena de que su espíritu vagase constantemente por la tierra, apenando, angustiando y asustando a los vivos.
Las ideas mesopotámicas sobre el destino del hombre tras la muerte no son muy precisas. Sólo con timidez se habla del «País sin retorno» que yace en las entrañas de la tierra, al otro lado del río infernal. Allí, bajo la autoridad de Ereskhigal, hermana de Innana/Ishtar, y de su esposo Nergal, dios de las epidemias y de la guerra, los muertos, encerrados por siete murallas sucesivas, deambulan sin rumbo, hundidos en el fango, asfixiados por el polvo, sin más alimentos que los que les proporcionaron sus familiares. Sólo los más ricos o los guerreros importantes gozaban de un lecho y bebían agua pura. Los cielos, divididos en moradas para las deidades, no admitían a ningún hombre.
Mitos sumerios y acadios sobre el más allá

El mito de Inanna/Ishtar

- Viaje de Inanna/Ishtar a los infiernos o Viaje de Inanna al País sin retorno: existe una versión sumeria o otra acadis (en ésta, más reciente, se habla de Ishtar). Inanna, Sñora del cielo y diosa del amor, decide descender al mundo ultraterreno para sustituir a su hermana EreshKigal y así extender su dominio en ese territorio. De acuerdo con las leyes del submundo, el guardián sigue las órdenes de irla despojando en puertas sucesivas hasta que es obligada a comparecer, desnuda, ante Ereshkigal y los siete Jueces. En la versión acadia, Inanna fue atacada por diversas enfermedades y retenida. La ausencia de Inanna provoca el cese de toda procreación entre los seres vivos. El mensajero de las divinidades busca el método de socorrerla, con lo que volvió a la vida y retornó a la tierra.

El mito de Nergal y Ershkigal

-Nergal y Ereshkigal: En la versión acadia, un mensajero de Ereshkigal no es recibido convenientemente por Nergal. La diosa del submundo, llena de ira, ordena que comparezca ante él. Cuando Nergal desciende por la amenaza de Ereshkigal de hacer retornar los muertos a la tierra, vence a la diosa y la hace su consorte. En la versión más reciente neoasiria, Nergal sucumbe a los encantos de Ereskigal.

Culto de los muertos y ceremonias fúnebres

En tanto que el muerto no reciba sepultura, no puede el alma disfrutar de reposo, causando temor y daño a los vivos. Lo más frecuente era dejar tres días después del fallecimiento, y enterrar a los difuntos en sus casas. Esto induce a pensar en una estrecha relación entre el mundo de los muertos y el de los vivos.
Los hábitos funerarios variaban según el lugar y la época. Una vez enterrado, el fallecido seguía necesitando todo tipo de cuidados y atenciones. De carácter verbal y honorífico, y en forma de libaciones o sacrificios.
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