Introducción

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Imprecisión de los términos Oriente y Occidente

No son voces unívocas. Para Masson Oursel Occidente viene a ser Europa y Oriente, Asia, pero queda una Eurasia.
Con frecuencia se tiende a presentar la humanidad como dividida en dos universos cerrados y antagónicos: Oriente y Occidente, estableciéndose una antítesis bastante dudosa. Riviere dice que hay gente que opone el misticismo y el espíritu religioso de Oriente, al espíritu científico y empirismo de Occidente: uno sintético y otro analítico o uno interesado en las cuestiones celestes y otro en las terrenales.
Parecen ser tan diametralmente opuestos que difícilmente podrían entenderse por comple-to. Kipling decía: «Oriente es el Oriente y Occidente es el Occidente y nunca se encontra-rán». Y hasta hace poco nadie dudaba de esto.

Dentro del marco de lo que se entiende por Oriente se diferencia entre:
  • Cercano Oriente: comprende todo el mundo musulmán.
  • Medio oriente: esencialmente constituido por la India.
  • Lejano Oriente: es lo que comúnmente designamos como China e Indochina.
Estos tres territorios tienen acusadas diferencias, según Guenón: no es posible hablar de una civilización oriental como se habla de una occidental, porque hay muchas civilizaciones orientales y cada una posee un principio de unidad propio, no obstante, todas tienen ciertos rasgos comunes, principalmente en los modos de pensamiento que es lo que permite decir, de manera general, que existe una mentalidad específicamente oriental.
Para otros investigadores existe una discrepancia interna. Así, Needham dice que nunca se puede utilizar el concepto de oriental opuesto a occidental, porque las culturas india, china, árabe y persa son tan distintas que constituyen un auténtico mosaico, imposible de amal-gamar.

Si decimos que Oriente y Occidente son distintos debemos decir cuales son los criterios en los que se basan esas estimaciones:
Fradier en Oriente y Occidente baraja cinco factores:
  • Geografía: no hay que confiar en las fronteras que cambian a través de los tiempos.
  • Grupos étnicos: nos encontramos con un grupo de piel amarilla, compuesto de distintas familias, que durante siglos ha vivido en Asia, pero que han sufrido una mezcolanza tanto con el continente asiático como europeo, existiendo, de hecho los mismos grupos en ambos continentes.
  • Lenguas: hallamos lenguas propias del continente asiático: grupo tibetano-birmano, draví-dico, turco, semíticas, chino, japonés, pero que están emparentadas con todos los idiomas latinos, eslavos y germánicos, por lo que el Oriente no puede definirse como el territorio de las lenguas orientales.
  • Creencias filosóficas-religiosas: los cultos y credos más respetables no siempre otorgan un carácter excepcional a los pueblos de un conjunto más amplio. Así, una comarca del Adriá-tico puede ser mayoritariamente musulmana sin pertenecer por ello a Oriente.
  • Progreso social. Unido en la mayoría de los casos al desarrollo industrial. Según esto Oriente es el vasto dominio de las regiones insuficientemente industrializadas, donde se perpetúan las civilizaciones agrarias y las sociedades de tipo feudal o patriarcal. Nada más infundado.
No es una tarea fácil separar lo que los términos Oriente y Occidente designan o mostrar donde empiezan y terminan. Riviere dice que actualmente ningún pueblo puede considerar-se como puramente oriental u occidental.
Actualmente se puede afirmar que en el Oriente y el Occidente culturales está teniendo lu-gar un proceso de disolución y mezcolanza muy acusado. Ha llegado el momento en que se debe comprender a Oriente si queremos comprendernos a nosotros mismos, y aprender a combinar los valores orientales y occidentales para evitar nuevas tragedias y derramamien-tos de sangre.

Dos mundos aparentemente incompatibles

Se piensa que hay dos estilos diferentes y fundamentales ante la vida, dos modelos opera-tivos, dos mundos aparte, dos almas diferentes y opuestas.
  • Avicena: dos espíritus diferentes y opuestos.
  • Gustav Jung: introversión, como estilo de Oriente y extroversión de Occidente. Oriente se basa en la realidad psíquica como la principal y única condición de existencia.
  • Zimmer: uno de los objetivos del pensamiento oriental es la transformación, mientras que la información es el centro del interés de los modernos pensadores del ámbito occidental.
  • Racionero: en Oriente la filosofía no pretende la verdad sino un estado de ánimo. No pre-tende la información, sino la transformación.
El hombre occidental aspira a sobrevivir a la conciencia individual, tiene un ansia de inmor-talidad siendo uno de los factores que determina su pensamiento filosófico y religioso. La aspiración del oriental es diferente. Lo que desea no es sobrevivir, sino poner fin a la serie interminable de renacimientos dolorosos a los que está sometido. El ansia de liberación es lo que caracteriza al pensamiento oriental. Occidente tiene sed de ser, Oriente sed de no ser.
Radhakrishnan: el pensamiento oriental está dominado por su insistencia en la intuición creadora, mientras que las filosofías de occidente se caracterizan por su extraordinario ape-go a la inteligencia crítica. Oriente piensa que hay realidades que no pueden comprenderse, occidente exige claridad y tiene horror al misterio.
Se puede hablar de la preeminencia de la acción-reacción propia de la cultura occidental, sobre la meditación-contemplación característica del mundo oriental. Oriente mantiene la superioridad de la contemplación sobre la acción, mientras que el occidente moderno afir-ma lo contrario: la superioridad de la acción sobre la contemplación. A pesar de las opinio-nes anteriores no creemos que existan en la actualidad dos mundos radicalmente diferentes y opuestos.
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