Introducción

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Mesopotamia, territorio comprendido entre el Tigris y el Eúfrates

El nacimiento de la civilización

Antes de que la llanura aluvial integrada por los ríos Tigris y Eúfrates fuera habitada, en Siria, Palestina, la meseta de Irán y la alta Mesopotamia, tuvo lugar la denominada revolución neolítica, con la cual se consiguió la domesticación de ciertas especies animales ligadas a la caza y los primeros ensayos agrícolas. Esto permitió el paso de una economía de “expoliación” a otra mucho más fecunda y enriquecedora. A comienzos del VII milenio, los grupos agrícolas y ganaderos se volvieron sedentarios, con la consiguiente formación de una organización social organizada para el trabajo y la protección de sus bienes, y que tendría como consecuencia, en el IV milenio, la aparición del poblado y, poco después, la comunidad urbana.
Se conoce como Mesopotamia (mesos, «en mitad», y potamos, «río») el vasto valle fluvial drenado por los ríos Eúfrates y Tigris, limitado por las últimas sierras de los montes Zagros y por el desierto de Siria. Estos ríos son de avenidas variables e imprevisibles, los aires abrasadores acarrean un aire irrespirable, y las lluvias torrenciales transforman el suelo firme en lodo. No dispone de minerales, apenas piedra o madera, y su suelo es árido y estéril. Sin embargo, allí surgieron las primeras escuelas de las que tenemos testimonio, los primeros procedimientos legales, el primer sistema ético conocido, la primera biblioteca, etc., sin olvidar la escritura más antigua conocida y transmitida a otros pueblos.
Mesopotamia cuenta en su protohistoria con unos períodos relativamente claros acordados en función del nombre del yacimiento en que por primera vez se revelara un enclave cultural unitario:
  • En la época neolítica, hacia el 6750 a. C., el yacimiento iraquí más importante es Jarmo: industria lítica (obsidiana) y de hueso. En los niveles superiores apareció una tosca cerámica con decoración bastante elemental.
  • Entre 5800 y 5500 a. C., Pre-Obeid o Hassuna, cerca de Mosul (entre 5800 y 5500 a. C): cerámica a mano decorada con incisiones o pintura, o con ambas a la vez.
  • Samarra (entre 5600 y 5000 a. C.): célebre por su cerámica de diseños geométricos, antropomorfos y zoomorfos. También se han encontrado sellos de estampa. Se dedicaban a la agricultura, ganadería y caza. En los enterramientos se halaron figurillas de ajuares funerarios Las de arcilla presenta los cráneos muy alargados y ojos modelados en forma de granos de café; las de alabastro, los ojos de nácar incrustado y los mismos cráneos alargados.
  • Tell Halaf, en la frontera turco-siria (entre 5500 y 4500 a. C.): la cerámica más admirable de Mesopotamia.
  • La llanura fluvial entre el Tigris y el Eúfrates era muy rica, lo que permitió la subsistencia de una gran cantidad de población. Los emplazamientos neolíticos se enlazarían con la etapa urbana sureña: El Obeid, próximo a Ur (entre el 5005 y el 4000 a. C.): cerámica de color amarillo con dibujos monocromos en negro y rojo. Hoces con dientes de obsidiana y sílex. Creían en la vida en el más allá. Entre los objetos funerarios se han encontrado estatuillas de terracota que representan seres humanos, con cabeza de reptil.
Cuna de la civilización

Mesopotamia fue cuna de una civilización que, acompañada durante tres milenios por una posición política hegemónica en el Próximo Oriente, se mantuvo incluso a pesar de la pérdida de preponderancia, a mediados del I milenio a. C. De hecho, únicamente el Islam, ya en el s. VII d. C., podría imponer su dominio político y su civilización.
La gran fertilidad del suelo de la Baja Mesopotamia posibilitó un excedente agrícola que facilitó la irrupción de los grupos no relacionados directamente con la producción de materias primas. De ahí: 1) la industria y el comercio dieron lugar a la aparición de las ciudades, y a la invención de la escritura y las ciencias exactas; 2) la sociedad se dividió en clases. Esta revolución llevada a cabo por los acadios y, sobre todo, los sumerios, fue continuada y perfeccionada por asirios y babilónicos.
A mediados del IV milenio a. C. llegaron al sur de Mesopotamia, en gran número, los sumerios. Se entremezclaron con los anteriores moradores, pero conservaron su lengua, el sumerio, que no tardó en convertirse en la lengua preponderante.
Agricultura y ganadería tenían un papel preponderante y, en un principio estuvo supeditada por los templos. A pesar de no tratarse de los terrenos más fértiles, la administración central de Ebla legó a acumular una cantidad suficiente para dar de comer a miles de personas. La elevada productividad agrícola tuvo que ver directamente con:
  1. el desarrollo de las técnicas agrícolas (ingeniería hidráulica, arado de madera) y
  2. la racional organización de las tareas agrícolas bajo la tutela de los templos: único foco de actividad económica, además de religiosa, que las ofrendas, impuestos y tributos habían convertido engrandes depósitos supervisados por sacerdotes y soberanos. De ellos dependían los campesinos y los artesanos, y en ellos se descubrieron las ciencias exactas y la escritura. También se dedicaron al comercio.
La consecuencia fue:
  1. división del trabajo fue la base de la aparición de las ciudades, convertidas en complicadas entidades sociales con un alto grado de especialización.
  2. Intercambio comercial.
El Código de Hammurabi nos ha preservado algunas de las leyes que regulaban el comercio, además de un cuadro bastante aproximado de la sociedad babilónica:
  • Patricios o nobles: puestos de mayor relieve. A ellos pertenecía también el estamento militar profesional
  • Plebeyos o semilibres: clase intermedia entre os libres y los esclavos.
  • Esclavos: escala inferior.
  • Personal, masculino y femenino, especializado en atender las numerosas necesidades de las divinidades.
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